¿Te has decidido a emprender? ¡Genial! Pero ¿por dónde comenzar? ¿Deberías ser autónomo/a o constituir una sociedad limitada (SL)? Estas son preguntas esenciales para cualquier emprendedor, y en este artículo, te proporcionaremos una visión general para ayudarte a dar el primer paso en esta emocionante aventura empresarial.
Autónomo/a vs. Sociedad Limitada (SL): las Diferencias Clave
Responsabilidad:
Autónomo/a: La responsabilidad es ilimitada, lo que significa que, en caso de deudas o sanciones, tu patrimonio personal está en juego.
Sociedad Limitada: Esta estructura empresarial ofrece responsabilidad limitada, lo que protege tu patrimonio personal en la mayoría de los casos. Sin embargo, si el administrador o administradora no actúa de buena fe, pueden solicitarse responsabilidades subsidiarias.
Capital Social:
Hasta 2022, se requería un capital mínimo para constituir una sociedad. Sin embargo, esto cambió con la Ley Crea y Crece (Ley 18/2022, de 28 de septiembre, de creación y crecimiento de empresas), que permite la creación de sociedades con solo un euro de capital. Pero ten en cuenta que, en caso de que surjan problemas, los socios pueden ser responsables solidariamente hasta 3.000 euros.
Tramitación de Alta:
Autónomo/a: El proceso de alta es relativamente sencillo, con formularios que se presentan ante la Agencia Tributaria y la TGSS. El coste es gratuito si lo haces personalmente o alrededor de 100 euros si contratas una asesoría.
Sociedad Limitada: Constituir una sociedad implica trámites ante notario, inscripción en el Registro Mercantil y obligaciones ante las administraciones. Esto puede costar entre 500 y 1.000 euros.
Impuestos:
Autónomos: Deben pagar IVA e IRPF, siendo este último impuesto progresivo y aumentando según los ingresos hasta un 48%.
Sociedades: Tributan por IVA y Sociedades, con un 25% sobre los beneficios, y que en 2023 se redujo al 23% para empresas que facturen menos de 1 millón al año. Además, para que los beneficios lleguen a los socios, deben tributar nuevamente como trabajadores o a través de dividendos.
Contabilidad: Autónomos: Llevan un libro de facturas emitidas y recibidas, en el que se detallan esquemáticamente los gastos.
Sociedades: Deben seguir una contabilidad más compleja según el Código de Comercio, con libros diarios y cuentas anuales detalladas.
Imagen Comercial:
En general, las Sociedades Limitadas a menudo se perciben como más estables y sólidas, lo que puede mejorar su imagen frente a clientes potenciales.
Financiación Externa:
Las entidades bancarias suelen estar más dispuestas a financiar a sociedades debido a su capacidad de avalar con el patrimonio de la empresa, lo que reduce el riesgo para los prestamistas.
En resumen, la elección entre ser autónomo/a o constituir una Sociedad Limitada depende de tus circunstancias y objetivos. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas, y es esencial considerar cuidadosamente cuál se adapta mejor a tu negocio. Si necesitas más orientación, no dudes en consultarnos. ¡Tu viaje emprendedor está a punto de comenzar!